Cuando conocimos a Homero no pensamos que su historia de la Guerra de Troya tuviese un fondo real. Hizo falta que Heinrich Schliemann descubriera los sitios arqueológicos de Micenas en el Peloponeso, Grecia, y Troya en la colina de Hissarlik, Turquía, para que asociáramos los espacios a las leyendas contadas en la Ilíada y en la Odisea. Estas imágenes nos cuentan de la vida y de la muerte entre los aqueos, el pueblo que se enfrentó a los troyanos para conseguir el control económico de los estrechos que llevaban desde el Mediterráneo hasta el Mar Negro. El pretexto mítico fue otro rapto, esta vez de la reina espartana Helena, la mujer más hermosa de la tierra. Lo llevó a cabo Paris, el príncipe troyano, que consiguió su amor gracias a la intervención de Afrodita.
Os dejo otro vídeo de griegoimagen que nos informa sobre la fortaleza de Micenas. Su paseo por la ciudadela está tan bien descrito que aumenta su poder evocador.
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