domingo, 27 de noviembre de 2011

Búsqueda de lo clásico


(Fotografías del banco de recursos multimedia del ITE. Música de Beethoven, sinfonía nº 9)
Los restos arqueológicos tienen un gran poder evocador. Los viajeros que acuden a Grecia realizan a la vez un viaje interior que les permite asociar y completar las formas con las que se encuentran. Se alimentan de sueños y de lecturas que reflejan ese mismo escenario que tienen delante con personajes de otros tiempos diferentes. Es preciso abstraerse del entorno adverso, del calor, las chicharras y el cansancio. Entonces surgen de la claridad deslumbrante las sombras de Sócrates, Pericles o Edipo deslizándose por entre las piedras y el viajero queda cautivado y convencido de que, nuevamente, Grecia no le ha defraudado.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Orfeo, el príncipe de la música

Fuente de Orfeo
Orfeo era un príncipe hijo del rey de Tracia, Eagro, y de la musa Calíope que se dedicaba especialmente a la música e inspiraba los temas y los ritmos a los artistas. La vida de Orfeo transcurría dedicada a su instrumento preferido, la lira, que había perfeccionado añadiéndole dos cuerdas para obtener mejores sonidos. Había estudiado los números mágicos babilonios y con su música era capaz de amansar a las fieras, dominar las tormentas y ablandar las rocas para conseguir trasladarlas sin esfuerzo.
Se casó con Eurídice, una ninfa que habitaba en los bosques cercanos a su ciudad. El destino quiso que Eurídice muriera a causa de la picadura de una serpiente. Orfeo, desconsolado, decidió bajar a los Infiernos para recuperarla, confiando para ello en el poder de su música. Consiguió su propósito y le devolvieron a su mujer. Pero no soportó la condición impuesta por los dioses del inframundo, Hades y Perséfone: no debía volver la mirada para ver a su mujer hasta que no estuviera fuera de los infiernos.
Cuando ya estaba viendo la luz de la claridad terrenal, Orfeo se volvió para asegurarse de que su mujer lo seguía y en ese mismo instante ella se desvaneció como una sombra. Orfeo intentó de nuevo recuperarla, pero ya todo fue inútil. Durante el resto de su vida, Orfeo se dedicó a la música y a los cultos secretos que buscaban la felicidad en otra vida.
Muchos han sido los compositores musicales que se han inspirado en la historia de Orfeo. De ellos destacamos a Claudio Monteverdi y a Christoph Willibald Ritter von Gluck. Del primero podéis oir un fragmento en el que Eurídice desconsolada se lamenta de no volver a ver la luz ni poder estar ya más con su esposo.