Buscamos permanentemente motivos para combatir el desaliento. Es importante que no nos llegue hasta el corazón para mantenernos con ánimo y capaces de superar tantas adversidades. He oido estos días la frase de Virgilio "possunt quia posse videntur" como un revulsivo para empujarnos al convencimiento y el tesón. "Pueden puesto que creen que pueden". Antes de acometer cualquier tarea es preciso que estemos convencidos de nuestra valía y de que lo vamos a intentar con todas nuestras fuerzas. Ahí puede radicar una de las claves de nuestro esfuerzo personal. El texto pertenece a la Eneida, a su canto o libro V y de él he seleccionado los versos 220-231 para que conozcáis el contexto. Se trata de una carrera, una competición deportiva en la que los tripulantes de las naves contendientes se afanan por conseguir la victoria y para ellos es fundamental considerar que está a su alcance. Los brazos cobran fuerzas con la ayuda psicológica y el esfuerzo se redobla:
Y primero deja peleando con el alto peñasco/
a Sergesto y con los breves vados y en vano pidiendo/
auxilio y aprendiendo a correr con los remos quebrados./
Luego a Gías y a la propia Quimera de inmensa mole/
alcanza; cede, porque no tiene timonel./
Sólo queda ya Cloanto justo en la llegada,/
al que busca y apremia empeñándose con todas sus fuerzas./
Y entonces redobla el clamor y todos al segundo/
animan con sus gritos, y resuena con el fragor el éter./
Unos temen perder una gloria ya propia y un premio/
ya ganado, y cambian su vida por la victoria;
a otros el éxito les alienta: pueden porque creen que pueden
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